Estar atrapado por un movimiento de compensación
La fuerza del amor del “equilibrio entre dar y recibir” crea un movimiento continuo e instintivo de compensación. A veces nuestras dificultades de fondo son causados por este movimiento. Unos ancestros que no consiguieron asumir o compensar algo grave de su vida, creando un grave desequilibrio, emiten el mandato inconsciente: “Tú por mí, o tú por nosotros. Tú que pagues por mí, o por nosotros”. Y tú, con todo tu amor incondicional de criatura pequeña, le respondiste “Sí, yo por ti” o “yo por vosotros”.
Delante de ti está el movimiento de compensación, individual o colectivo, que te atrapa, sin que tú sepas de qué se trata.
Te vas a poner alternativamente en ti y en ese movimiento.
Cuando estás en tu lugar, a pesar del malestar que puedas sentir, dices al movimiento de compensación: “veo tu dolor, o veo vuestro dolor”, según lo que percibas.
Vuelves a ponerte en el movimiento de compensación para vivir su transformación, y luego vuelves a ti. Y sigues haciéndolo así: cuando vuelves a tu lugar, dices una frase; dejas pasar unos segundos y vas donde el movimiento para sentir su reacción a tu frase. Luego vuelves a ti, y así alternativamente hasta que todo esté liberado.
Las frases pueden ser:
- “Veo tu culpa y la honro”.
- “ Todo ha terminado. El peligro también. La culpa también.”
- “Ya está todo pagado”.
- “Tú por ti, yo por mi” (varias veces hasta que sientas que tú te alivias y ellos, o él, cambian también).
- “Asiento a todo y elijo disfrutar de mi vida”.